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Para los padres primerizos

Esto no es un curso para aquellos que nunca han tenido hijos. Sin embargo, en nuestro campamento siempre hay padres primerizos. Aquellos que mandan por primera vez a quienes más quieren. Aquellos que no se imaginan que ha llegado el momento en el que la palma de la mano se pierde por la carretera mientras que a quienes más les cuesta despedirse no es a los críos, sino a sus propios padres. Ya llegará el comentario de los niños que van por primera vez. Ahora es el de los padres que por primera vez mandan a sus críos y que se quedan en casa vacíos, sin ese ruido diario, sin saber qué hacer. Los padres que llaman a campamento y que suelen dar con un teléfono saturado por otros 200 padres, amigos, familiares varios... Los padres que al final provocan la añoranza de sus hijos cuando ellos están sucios como deben estar, corriendo como deben correr, y perdiéndose entre unos pinares que les harán sentirse exploradores, nuevos habitantes o curiosos, sobre todo curiosos.

Tened confianza. Vuestros hijos están en buenas manos. Son manos diferentes a las que hubo en otros campamentos, pero están moldeadas de la misma manera: manos comprometidas y cariñosas, manos que no van pensando en ganar unos euros, sino muchas veces todo lo contrario.


Tened tranquilidad. Disfrutarán como nunca lo habían hecho. Asumirán compromisos como jamás lo hubierais imaginado. De algunos los notaréis sobre todo los primeros días cuando hayan vuelto: os querrán incluso ayudar más en casa.

Pero como muchas veces no sirve ni lo uno ni lo otro, por lo menos os pedimos paciencia. Al final siempre, aunque sea al tercer día, resucitará el teléfono.